Primera candidata

Este año se celebra la elección del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El actual Secretario General, António Guterres ha manifestado su voluntad de reelegirse siguiendo la tradición de sus antecesores, aunque con una excepción.

La Secretaría General de la ONU es el órgano administrativo cuyo titular es la máxima representación diplomática y entre sus competencias se encuentra la de convocar el Consejo de Seguridad, la Asamblea General, el Consejo Económico y Social y otros organismos de la ONU, a fin de asegurar el más alto grado de eficiencia, competencia e integridad tratando que exista la más amplia representación geográfica.

Aunque la cara visible de la ONU es el Secretario General, lamentablemente el puesto no tiene mucho poder real ya que quien lo ocupa prácticamente está a merced de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho de veto (Reino Unido, China, Francia, Rusia y Estados Unidos), quienes tienen una participación decisiva sobre a quién eligen al final de cuentas.

Los predecesores del Sr. Guterres fueron: Ban Ki-moon, de Corea (2007-2016); Kofi Annan, de Ghana (1997-2006); Boutros Boutros-Ghali, de Egipto (1992-1996); Javier Pérez de Cuéllar, del Perú, (1982-1991); Kurt Waldheim, de Austria, (1972-1981); U Thant, de Birmania (hoy Myanmar), desde noviembre de 1961 cuando fue nombrado Secretario General en funciones (su designación oficial como Secretario General se produjo en noviembre de 1962) hasta diciembre de 1971; Dag Hammarskjöld, de Suecia, (abril de 1953 hasta su fallecimiento en un accidente de aviación en África en septiembre de 1961); y, Trygve Lie, de Noruega, (1946 hasta su dimisión en noviembre de 1952).

Cada uno de estos mandatarios tuvieron momentos difíciles durante su secretariado para ayudar a consolidar la paz en el mundo y se les reconoce a todos sus esfuerzos para defender la Carta de las Naciones Unidas. Luego de sus mandatos, algunos regresaron a sus países donde llegaron a ocupar posiciones importantes como Kurt Waldheim que fue presidente de Austria y Javier Pérez de Cuellar designado Primer Ministro de Perú y candidato a la Presidencia.

En la última elección para Secretario General hubo 11 candidatos, de los cuales 5 fueron mujeres y dos de ellas de América Latina. Finalmente, la Asamblea General eligió a Guterres.

Rompiendo la tradición del perfil de los candidatos, acaba de lanzar su candidatura Arora Akanksha, de 34 años quien es auditora dentro de la ONU que sin tener demasiada experiencia diplomática es la primera postulante milenio con la intención de sacudir una institución que, según ella, lo necesita urgentemente.

Su campaña tiene un presupuesto de 30.000 dólares que en gran parte procede de sus ahorros; un sitio web, y publicidad en las redes sociales que inicia con “No es común que las personas de mi gremio reten a las que están al mando”. Arora originaria de India y ciudadana canadiense, presentó una carta de solicitud formal para el periodo 2022-27. “No estamos cumpliendo con nuestro propósito ni con nuestra promesa”, decía la carta, “les estamos fallando a quienes deberíamos servir”.

Aunque ningún país ha respaldado por ahora su candidatura, su mensaje ha logrado despertar a esta organización y aunque lo más probable es que Guterres obtenga un segundo periodo cuando se lleven a cabo las elecciones en octubre, se puede convertir en una voz necesaria dentro de la organización con un mensaje claro, diferente, fresco que más adelante convierta a la ONU en la organización menos política y diplomática para pasar a una organización de acción necesaria para los actuales y futuros retos de la humanidad.

Arora señala como parte de su mensaje que la ONU está anquilosada, es despilfarradora, paternalista, va a la deriva y tiene una actitud condescendiente hacia muchos de los miembros más jóvenes de su equipo de 44.000 personas en todo el mundo; y a través de un video afirma que alrededor de 29 centavos de cada dólar, de los aproximadamente 56.000 millones de dólares en ingresos anuales totales de Naciones Unidas, se destinan a las causas genuinas.

“Gastamos nuestros recursos en celebrar convenciones y redactar informes” afirmó en una entrevista, agregando que “hemos perdido el sentido de cuál es la razón de nuestra existencia y de lo que deberíamos hacer”, para rematar que, si las Naciones Unidas fuera una empresa privada, “ya habría quebrado”.

Arora, quien ha solicitado permiso para ausentarse del trabajo durante su campaña, mencionó que ha recibido muchos mensajes positivos de sus colegas y espera que en los próximos meses espera presentar sus argumentos ante los embajadores de Naciones Unidas.

Arora es la primera persona que de manera oficial ha retado a un titular que busca un segundo periodo y la primera candidata de la generación de los milenios y sus motivaciones las atribuye en parte a su propia historia familiar de refugiados, a un accidente de taxi en Manhattan que la mandó al hospital y al recuerdo de una criatura desnutrida en Uganda.

Cuando la contrataron en Naciones Unidas en diciembre de 2016 para que ayudara a mejorar sus controles financieros internos, la admiración que sentía por esta organización pronto se convirtió en consternación, dijo tajantemente que “el sistema es muy impresionante desde fuera, pero no hay una congruencia para lograr que se hagan las cosas”.

La candidatura de Arora ha recibido comentarios positivos de Mary Robinson, ex alta comisionada de derechos humanos y expresidenta de Irlanda quien ha manifestado compartir muchas de las inquietudes planteadas por Arora acerca de la necesidad de promover a más mujeres y a miembros más jóvenes del personal a puestos de dirección y liderazgo.

Los siguientes meses serán importantes para Arora y como en política todo es posible, podría convertirse en la primera mujer en dirigir a la ONU y darle a esta organización la frescura generacional necesaria y un nuevo impulso que responda a las necesidades globales.

Hasta la próxima semana.

 

 

 

Sobre Luis Felipe Polo

Doctor en Teología, MBA, docente y experto en resolución de conflictos y derechos humanos.

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