La Carta Democrática Interamericana no es un tratado, no tiene mecanismos de coerción ni de ejecución. Es una resolución que suscribió en el ámbito de la Asamblea General de la OEA y forma parte de los que se llama Soft Law «derecho blando flexible»; su legitimidad de más de 20 años se basa en lo político en la intervención realizada en los diferentes paises de la región, como Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Honduras, Guatemala y Perú