Rana Foroohar del Financial Times, alude a Casandra, la poetisa maldita, quien en el asedio y conquista de Troya por los Griegos juega un triste y determinante papel por una serie de observaciones que vale la pena leer los entenderlos, en su rol de poetiza.
En la mitología griega, Casandra era la princesa de Troya, hija de reyes y hermana de Paris y Héctor. Recibió el don de Apolo predicción por una relación sexual, que ella no cumplió y él la maldijo en su don de profeta, Ella predijo la caída de Troya y el engaño del caballo. Su nombre dio origen al “Complejo de Casandra”, rasgo psicológico que las predicciones hechas por ello no son tomadas en cuenta.
En rigor Rana, dice temer lo que traerá Trump en algún momento durante su presidencia.
Piensa que Estados Unidos está muy atrasado tanto para una recesión como para una gran corrección del mercado, y los vectores de riesgo en juego con Trump lo hacen más probable.
Dice que la fuerte economía que el presidente Joe Biden construyó y que Trump heredará, seguirá expandiéndose como se ve en el corto plazo. Si a eso le añadimos cosas como el próximo gasto deficitario de Trump y el retroceso de las políticas antimonopolio de Biden, que seguramente significarán un auge de las fusiones y adquisiciones, tenemos un buen argumento para uno o dos años más de ganancias en los activos estadounidenses.
Esto en áreas como la tecnología, las finanzas que se están preparando para todos esos acuerdos, las criptomonedas (cada vez que el inversor multimillonario Elon Musk tuitea sobre Dogecoin, recibe un impulso), el capital y el crédito privados.
Alude Rana a lo que dijo TS Lombard en una nota reciente a los clientes, «este ciclo económico siempre ha parecido ‘artificial’, y ha sido impulsado por una serie de fuerzas temporales o puntuales, como la reapertura de la pandemia, el estímulo fiscal, el exceso de ahorro, el gasto de venganza y, más recientemente, la inmigración y la participación de la fuerza laboral».
De hecho, se podría argumentar que con su tendencia a la baja de los tipos de interés y los episodios masivos de estímulo monetario y flexibilización cuantitativa después de la gran crisis financiera, es artificial.
En el momento en que los tipos subieron aunque fuera un poco hace unos años, se vieron caer las fichas de dominó: pensemos en el rescate de Silicon Valley Bank o en el aumento de los rendimientos de los bonos durante la crisis que puso fin al breve mandato de Liz Truss como primera ministra.
Rana no cree que Trump vaya a agregar combustible con aranceles masivos en todos los ámbitos y menos aranceles más altos para los automóviles europeos.
Duda que Trump vaya a deportar a millones de migrantes, como ha prometido hacer; una vez más, la multitud de Wall Street rechazará los efectos inflacionarios.
Pero esta tensión fundamental entre lo que quiere el grupo de Maga y lo que quieren el capital privado y las grandes tecnológicas, es en sí misma un peligro que pueden mover los mercados de una forma u otra.
Los préstamos altamente apalancados y las inversiones de capital privado son un peligro, por supuesto, dado que Trump probablemente revertirá un entorno regulatorio ya laxo en un momento en que estos activos se están convirtiendo en una parte más importante de las carteras de los inversores minoristas y de pensiones.
«Creo que tendremos un máximo de dos años con Trump, pero en el futuro, estamos viendo una corrección potencialmente catastrófica, algo mucho peor que [la crisis financiera de] 2008, sentencia Rana. Y las criptomonedas son otro posible desencadenante.
«Las stablecoins pueden caer sustancialmente por debajo de la media».
«Hemos visto esta película antes, con fondos del mercado monetario de primer nivel».
Pero si hay una crisis de liquidez en las criptomonedas, no hay un prestamista de última instancia.
Simplemente vería desaparecer una gran cantidad de valor imaginario, dejando llamadas de garantía del mundo real y déficits de financiamiento.
Yo pondría, dice Rana, al propio Musk como otro factor de riesgo financiero.
El fabricante de automóviles eléctricos Tesla está en una racha debido a la relación del titán tecnológico con Trump.
Pero en algún momento, los mercados se darán cuenta de que China puede fabricar sus propios vehículos eléctricos por mucho menos que Tesla.
Más allá de eso, las tensiones entre Estados Unidos y China aún pueden afectar la capacidad de Musk para fabricar automóviles ecológicos en China.
También me sorprendería alude a que los grandes barones del petróleo estadounidenses, que son el verdadero músculo del Partido Republicano, no se opusieran a la influencia de Musk.
De cualquier manera, el precio de las acciones de Tesla podría recibir un gran golpe y arrastrar consigo la espuma más grande en áreas como la inteligencia artificial.
Como alguien que todavía invierte fuertemente en acciones estadounidenses, no deseo que nada de esto suceda.
Pero tampoco lo descartaría.
Washington en estos días tiene un ambiente muy rugiente de los años 20.
La verdad que miedo, misma Casandra se ha vuelto Rana. Tiene sentido lo que dice, pero tal vez no le crean pues.
(*). Decano Colegio de Economistas de Lima. Consultor en temas financieros Director y Gerente en diversas Empresas navieras, Seguros, financieras y de turismo. Profesor de ESAN
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