Conferencia Episcopal de Rito Latino expresa su dolor por los mil días transcurridos del ataque Rusia a Ucrania

ECL.- El presidente de la Conferencia Episcopal de Rito Latino expresò su dolor por los mil días transcurridos desde la invasión militar del país y los recientes ataques rusos. «Rezamos para que, además de expresar su preocupación, los políticos del mundo reciban el don del coraje y de la fortaleza», dice a los medios vaticanos. Estos dos años y medio son también «una demostración de la debilidad de la estructura de seguridad mundial».

La guerra en Ucrania se ha recrudecido. Ayer, lunes, el ejército ruso lanzó un misil balístico hacia una zona residencial y comercial de Odessa, matando a diez civiles. Entre los muertos, médicos y policías, 43 personas resultaron heridas, entre ellas cuatro niños. El domingo fue dramático con el ataque nocturno contra un edificio residencial de varias plantas en Sumy, en el norte (una docena de víctimas, entre ellas dos niños), y el ataque masivo ruso con misiles contra territorio ucraniano, con el uso de más de 200 misiles y aviones no tripulados dirigidos principalmente a golpear infraestructuras, declaró el Monseñor Vitalij Skomarovskyj, presidente de la Conferencia de Obispos Ucranianos de Rito Latino a los medios vaticanos.

Asimismo, sostuvo que los ataques brutales y mortíferos no cesan. Personas inocentes, civiles y niños están siendo asesinados. Rezamos para que, además de expresar su preocupación, los políticos del mundo reciban el don del valor y la fortaleza. Hay que poner fin a esta guerra cruel y sin sentido. Que la tan esperada paz llegue al sufrido pueblo ucraniano.

Mil días de guerra es un aniversario muy triste. Preferiría celebrar otros acontecimientos o aniversarios. El hecho de que esta guerra comenzara y se prolongara durante mil días es también una demostración de la debilidad de la estructura de seguridad mundial. Para nosotros, este tiempo de guerra es algo que nadie esperaba, que nadie deseaba, pero ha sucedido, y es un tiempo de pruebas, pruebas muy duras, que nuestro pueblo debe afrontar. Por eso nuestros sacerdotes intentan apoyar a nuestro pueblo, estar a su lado y ayudarle en estos tiempos difíciles. Lo más duro es la pérdida de seres queridos.

La fe en Dios, especialmente en situaciones muy difíciles, es una ayuda muy grande. Ni siquiera hablo de la vida eterna, del más allá, sino del hecho de que la gente experimenta el dolor de la pérdida.  El Papa Benedicto XVI escribió una vez en uno de sus libros sobre Fátima que la Madre de Dios estaba allí para revelar que lo verdaderamente poderoso es la oración y el sacrificio, no las armas. Gracias a esta oración, perduramos, esperamos en esta oración y damos gracias por ella.

Véase la entrevista completa  en: Fuente VATICAN NEWS

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