El veto de Rusia sobre Ucrania ante el Consejo de Seguridad, fue la detonante para terminar de confirmar que las Naciones Unidas , aquella Organización Internacional fundada en 1945 tras la segunda guerra mundial, para el mantenimiento de la paz y seguridad internacional, hoy en día «no es accesible» para la humanidad y cabe preguntarse ¿Para qué existe entonces las Naciones Unidas?. El Consejo de Seguridad es el órgano más importante de las Naciones Unidas, el encargado precisamente de que ese propósito de paz y seguridad establecido en la Carta fundacional de la ONU, se aplique y se haga cumplir, pero la realidad frente a Ucrania nos ha demostrado que la geopolítica de intereses de los Estados puede más que la paz y seguridad de la humanidad, pues no les importa que la gente muera en lo absoluto porque el poder de sentirse más fuerte que otros sea militar, económica o políticamente en su relaciones internacionales, los convierten en soberanos del mundo. Cabe preguntarse ¿ soberanos para reinar en una mundo que se destruye aceleradamente? ¿Van a gobernar sobre cadáveres? ¿No saben que los efectos colaterales de una guerra son más destructivos que la guerra misma?.
El poder de veto que tienen los 5 paises dentro del Consejo de Seguridad, que son las potencias vencedoras de la segunda guerra mundial, los convierten en los soberanos del mundo, porque pueden impedir intervención de dicho órgano ante un determinado país, como ha sido con el tema de Ucrania, en el que Rusia veta la resolución que le pedía precisamente a «Rusia» hacer cesar el ataque militar a Ucrania y gracias a ese «poder de vetar» paralizó al Consejo, dejó sin voz a las Naciones Unidas, un Secretario General que intensifica esfuerzos para hacer que un liderazgo sea más eficiente pero con pocos resultados. Se dijo que el veto de Rusia no tiene poder en la Asamblea General y que Ucrania sería visto en esta instancia deliberativa que congrega a los 193 estados del mundo.
Lo cierto es que el poder de veto impide que el Consejo de Seguridad garantice de forma eficaz, el propósito de mantener la paz y la seguridad internacional en el mundo. El poder de veto quebranta el principio de igualdad de los Estados. ¿Qué debemos hacer? ELIMINAR EL PODER DE VETO. Mientras exista ese poder que coloca a las potencias de EEUU, Rusia, Francia, Inglaterra y China como los «soberanos», la anhelada paz y seguridad en el mundo no será posible abrazarla. El poder de veto de Rusia sobre el tema de Ucrania, fue el «tiro de gracia» a una organización internacional llamada ONU, del cual ya se venía diciendo que necesita ser refundada, transformada estructuralmente.
Las Naciones Unidas no está coja, está mortalmente herida, que apenas respira, haciendo lo posible más no lo imposible para «sobrevivir» y finalmente medir si aún puede cambiar su destino. Un destino que depende de los 193 estados del mundo, una renovación profunda de todos los mecanismos diplomáticos para solucionar conflictos, un liderazgo funcional e institucional que sepa «decirle a los Estados con total firmeza cuál es el camino y no solo reducirse a una «exhortación».
Recordemos, que las Naciones Unidas tiene autonomía funcional y administrativa que debe ser respetado por los propios Estados. Las Naciones Unidas no va a caminar si el poder de veto no es eliminado. No se puede hablar de paz, seguridad, democracia, derechos humanos dentro de las Naciones Unidas, si por un lado, no se respeta la igualdad entre estados. El mundo no necesita de 5 soberanos sino de todos los Estados «trabajando por todos los pueblos en el mundo, y no solo por el suyo». No es solo un problema de Estados, sino de la propia Organización de Naciones Unidas también.
Rusia ha hecho lo que ha querido con la ONU, «por los suelos». pero el poder de veto no solo lo tiene Rusia, por eso debe ser eliminado, todos bajo el principio de la igualdad de Estados, sí eso no se cambia, será mejor que la ONU deje de existir. La respuesta que debería dar la Asamblea General de la ONU frente al tema de Ucrania es eliminar el tema del veto, se daría un gran paso a para la refundación de dicha Organización. y darle al mundo un ruta de esperanza como se tuvo en 1945.