Según el analista de las canteras de Geopolitical Features, Allison Fedirka, dos acontecimientos aparentemente independientes; la declaración de estado de emergencia por parte del gobierno de Bogotá y la revisión planeada por Estados Unidos de la licencia de Chevron para operar en Venezuela sugiere que se avecina una confrontación entre Washington y Caracas, que no es sólo bilateral. Desde el fin de la Guerra Fría, Estados Unidos ha adoptado una actitud comparativamente pasiva, en la región, con la excepción de México y Canadá.Ello por los asuntos europeos, rusos y asiáticos. Pero Venezuela han persuadido a Washington a ser más intervencionista.
Las amenazas, según la opinión de Washington, son triples. Es decir, la corrupción y el declive económico bajo el régimen de Maduro fomentaron un lugar propicio para actividades delictivas ilícitas como el tráfico de drogas, el tráfico de armas y la minería ilegal, obligando a muchos venezolanos a huir del país en busca de mejores condiciones. Luego se ha producido un flujo migratorio irregular. Y, finalmente el gobierno de Maduro se alineó con China, Rusia e Irán, ofreciendo un punto de apoyo en las Américas a cambio de apoyo político y económico.
Trump al asumir el cargo, dijo que Estados Unidos ya no necesitaba el petróleo venezolano, por lo que pronto podría dejar de comprarlo y firmó una orden ejecutiva que derogó el programa de libertad condicional humanitaria CHNV (Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela), que permitía a hasta 30.000 venezolanos ingresar legalmente a Estados Unidos por mes y permanecer hasta dos años. A través del Secretario de Estado Marco Rubio, el gobierno de Estados Unidos reconoció oficialmente al líder opositor venezolano Edmundo González como presidente democráticamente electo del país.
El enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, habló con funcionarios del bando de Maduro y González y la conclusión es que Estados Unidos quiere un cambio de régimen, y la señal más reveladora en ese sentido fue la sugerencia de Rubio de revisar las políticas estadounidenses hacia Chevron, quien recibió una licencia especial para reanudar la producción y las exportaciones de petróleo a través de su empresa conjunta con la petrolera estatal de Venezuela, PDVSA. Esto era para proporcionar un incentivo positivo para celebrar elecciones libres y justas, y permitir a Chevron realizar los pagos de su deuda sin contribuir con impuestos o regalías al gobierno venezolano. Caracas no cumplió con su parte del trato.La revocación de la licencia permite hacer cosas contra el tema petrolero en Venezuela
Venezuela suministra a Estados Unidos un tipo de crudo pesado que tiene proveedores alternativos limitados; México, Colombia y Ecuador,pero su participación total en las importaciones estadounidenses de petróleo crudo y productos relacionados fue de apenas un 1,5%. Venezuela podría reemplazar a Chevron con un operador diferente, pero incluso si lo hiciera, todavía tendría dificultades para encontrar compradores.
La rusa Rosneft tiene poco apetito por más inversiones venezolanas; China National Petroleum Corp. se ha vuelto menos optimista respecto de Venezuela; y la sucursal venezolana de North American Blue Energy Partners, con sede en Estados Unidos, tiene un dudoso historial comercial señala el analista . La retirada de la licencia a Chevron no debe implicar ninguna acción militar, lo que pondría en peligro las relaciones de Estados Unidos en todo el hemisferio.
Venezuela puede recurrir a grupos aliados como el Ejército de Liberación Nacional de Colombia (o ELN). Una de las figuras más importantes de esta empresa es Diosdado Cabello, quien controla el aparato militar, la guardia nacional y la inteligencia del país. Bajo su supervisión, el ejército ha permitido que los soldados participen o supervisen actividades del mercado negro para ganarse su lealtad y complementar sus ingresos.
Los cuerpos de seguridad venezolanos tienen estrechos vínculos con grupos del crimen organizado, lo que les permite cruzar fronteras para comerciar, encontrar refugio en Venezuela y realizar actividades ilegales a cambio de una compensación financiera.
El ELN ha acumulado importantes recursos financieros mediante la minería ilegal, el tráfico de drogas, la extorsión y el contrabando. A través de sus vínculos con el ELN, Venezuela puede presionar al gobierno colombiano y crearle problemas a Estados Unidos Probablemente no sea coincidencia que los recientes ataques del ELN en la provincia colombiana del Catatumbo ocurrieran mientras Washington intensificaba su retórica contra Venezuela.
El gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro interrumpió las conversaciones de paz con el ELN, acusando al grupo de intentar controlar zonas productoras de coca y declarara el estado de emergencia en la provincia, lo que sirvió a los intereses de Maduro. La violencia ayudó a justificar la ejecución de los ejercicios militares Escudo Bolivariano de Venezuela. Estos simulacros, permiten a Venezuela posicionarse directamente contra Colombia y brindar apoyo a los combatientes del ELN contra grupos rivales. Para Colombia las consecuencias son muchas y son expuestas en el post.
Maduro parece estar tratando de recuperar propiedades e instalaciones utilizadas por los narcotraficantes. En segundo lugar, tiene, en mayor o menor medida, un grupo auxiliar en el ELN que puede reforzar sus fuerzas de seguridad y crear problemas cuando sea necesario. Y, Colombia ,el país del que Estados Unidos depende para ingresar a Venezuela, soporta cada vez más el peso de la migración irregular venezolana.
Por último, la relación entre el ELN y el régimen de Maduro hace que las conversaciones entre Caracas y Washington sean prácticamente imposibles. Cabello es una figura fundamental en la relación entre el ELN y el régimen de Maduro, y su nefasto papel pasado motiva que no pueda ser incluido en ningún acuerdo político que otorgue amnistía a los líderes por renunciar.
Hay pues una fuerza poderosa dentro del gobierno venezolano que puede bloquear los intentos de diálogo y resolución política.Está claro, sentencia el analista que pronto se producirá un enfrentamiento entre Estados Unidos y el régimen de Maduro. Simplemente no se podrá desarrollar de manera bilateral. No se dan las condiciones.