HRW presentó informe mundial 2025 que aborda la situación de derechos humanos en más de 100 países

ECL.- Human Rights Wacht presemtó su el Informe Mundial 2025 que aborda la situación de Derechos Humanos en más de 100 países. En palabras de la Directora  Ejecutiva de dicha organziación, Tirana Hassan,  señala que el 2024  es «año de ajuste de cuentas». Este ha sido un año de elecciones, resistencia y conflicto que ha puesto a prueba la integridad de las instituciones democráticas y los principios del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos  en respuesta a la represión intensificada en Rusia, India y Venezuela o a los conflictos armados catastróficos en Gaza, Sudán y Ucrania acotó.

Se está pidiendo a los gobiernos de todo el mundo que demuestren su compromiso con los derechos humanos, la democracia y la acción humanitaria. Muchos no han superado la prueba, pero incluso los gobiernos francos y orientados a la acción han invocado las normas de derechos humanos de manera débil o inconsistente, alimentando la percepción mundial de que los derechos humanos carecen de legitimidad.

Se trata de una conclusión irresponsable y peligrosa, que exime convenientemente a los gobiernos de sus obligaciones jurídicas de respetar el derecho internacional de los derechos humanos, tanto en el ámbito nacional como en sus acciones en el exterior. Si reflexionamos sobre los acontecimientos de 2024, no es momento de dar marcha atrás en las protecciones que necesitan todos en todas partes. En cambio, los gobiernos deben respetar y defender los derechos humanos universales con más rigor y urgencia que nunca, y las personas y la sociedad civil deben mantenerse firmes en su obligación de rendir cuentas.

Las elecciones deben respetar los estándares de derechos humanos, pero nunca son un fin en sí mismas. Si bien las elecciones amañadas o injustas son una señal de que se avecinan más violaciones de derechos, ni siquiera unas elecciones libres y justas significan necesariamente un futuro respetuoso de los derechos. Aunque más de 70 países celebraron elecciones nacionales en 2024, su impacto pleno en los derechos humanos solo se sentirá en lo sucesivo.

El racismo, el odio y la discriminación fueron los factores que impulsaron muchas elecciones el año pasado. En Estados Unidos, Donald Trump ganó la presidencia por segunda vez, lo que generó temores de que su nueva administración repita e incluso agrave las graves violaciones de derechos humanos cometidas durante su primer mandato. Asimismo, en las elecciones al Parlamento Europeo de 2024, los partidos de extrema derecha lograron avances significativos, explotando el sentimiento antiinmigrante y la retórica nacionalista para promover políticas que amenazan a las comunidades minoritarias y socavan las normas democráticas.

Sin embargo, en otros lugares se observó una resiliencia democrática significativa, ya que los votantes se mostraron reacios a aceptar agendas populistas y exigieron cuentas a los líderes y a sus partidos. En la India, el discurso de odio del Primer Ministro Narendra Modi durante la campaña electoral no le permitió obtener la mayoría electoral que ansiaba, lo que demuestra que, incluso frente a desafíos sistémicos, la democracia todavía puede poner freno al poder.

Los líderes autoritarios reforzaron su control del poder en países como Rusia, El Salvador y las naciones del Sahel de Malí, Burkina Faso y Níger, aprovechando el miedo y la desinformación para sofocar el disenso sentenció.

 

 

 

World Report 2025
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