Nadie puede asegurar el término de la pandemia, matemáticamente todo es posible; y, aunque algunos lanzan sus proyecciones, va a depender con la velocidad en que las vacunas son producidas, distribuidas y especialmente inoculadas en la población bajo los protocolos y prioridades existentes, sin que nadie se salte la cola.

 Adicionalmente, se necesita para que exista la famosa inmunidad de rebaño que entre el 70 % a 85% de la población reciba la vacuna, y es que la desinformación, la desconfianza y las campañas antivacunas que se registran en todo el mundo constituyen una verdadera amenaza para el objetivo de lograr la esperada inmunidad de rebaño que cortaría la cadena de transmisión del coronavirus.

Una investigación publicada por expertos del Departamento de Matemáticas del Imperial College of London, destaca que una vez que las distintas vacunas anti-Covid empiezan a circular, el siguiente desafío es lograr que una amplia franja de la población global acepte ser ­inoculada. Para lograr este objetivo, se necesitan estrategias de marketing publicas para convencer a más o menos entre un 35% a 40% de personas que no quieren recibir la vacuna, muchos de ellos incluso personal de salud.

La semana pasada la revista Nature publicó un sondeo que se hizo en Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Japón, Países Bajos, Noruega, Singapur, Corea del Sur, España, Suecia y Reino Unido y de 54% que estaban de acuerdo en vacunarse en el mes de enero, la cifra ha subido al 58%; es decir, cada día hay mas personas dispuestas a recibir la vacuna. Sin embargo, esta cifra esta muy por debajo de la cantidad que se necesita para evitar más contagios y muertes. Israel, uno de los países con la tasa de vacunación más alta del mundo, se dirige a una cobertura del 75% en tan solo dos meses.

Si bien es cierto que las vacunaciones se están desarrollando más rápidamente en los países occidentales más ricos, algunos expertos han afirmado que el mundo, en su totalidad, podría tardar cinco años y medio al ritmo actual en alcanzar el umbral de inmunidad, aunque reconocen que este proceso es dinámico y varía de acuerdo con varios factores que van desde la propia fabricación de la vacuna y su transportación hasta alguna situación natural que escapa del control del ser humano.

El retraso de los envíos de las vacunas se está convirtiendo en un gran obstáculo para varios países. Por ejemplo, la tasa de vacunación de Canadá se redujo a la mitad en las últimas semanas tras los informes de retrasos en los envíos de vacunas. Según la tasa de vacunación de Canadá de hace dos semanas, se necesitaban más de 10 años para alcanzar el 75% de cobertura. Sin embargo, la semana pasada bajó a siete. Canadá tiene contratos para comprar más dosis de vacunas por persona que cualquier otro país, y se espera que aumenten sus tasas de vacunación cuando reciba las inyecciones.

Todo indica que el ritmo de vacunación se acelere cuando haya más vacunas disponibles; y, aunque las fábricas no se dan abasto por ahora, otras están empezando a producirlas como la India y México que servirá como lugares desde donde se distribuirán vacunas a otros países, tomando en cuenta que los países han reservado más de 9 mil millones de dosis de vacunas a través de más de 100 acuerdos por ahora.

Aun todo es incierto y si bien existe evidencia de que las personas que se recuperan del COVID retienen cierto nivel de defensas naturales, no está claro cuánta protección se ofrece o cuánto tiempo podría durar, por eso es por lo que se recomienda para personas que se han recuperado de la enfermedad que de todas formas sean vacunadas.

Lo único certero es que las cifras se mueven cada segundo. Mientras tanto los países deben esperar su turno de los fabricantes para recibir las vacunas sin forma alguna de colarse en la cola; y, los ciudadanos también debemos esperar hasta que nos toque recibirla. Haga la cola, aunque ya hay algunos que se la saltaron.

Hasta la próxima semana.