20 de enero de 2020
EDITORIAL Entérate Digital.Pe . En el Perú tenemos un empobrecido liderazgo político «No merecemos el mal menor»
A pocos días de las elecciones extraordinarias congresales 2020, un reportaje periodístico del programa Panorama, dio a conocer un hecho concreto de mayo de 2018, en el que el líder y presidente del Partido Morado Julio Guzmán aparentemente huye de un edificio donde se encontraba almorzando con otra persona al interior del mismo, tras suscitarse un incendio de menor grado, pero que al fin y al cabo es una situación de riesgo, para no regresar más al lugar de los hechos.
Probablemente lo que se esperaba de un líder que pretende llegar a la Presidencia de la República, es ver actitudes que demuestren que se tiene capacidad de reacción y de solución.
Al margen de los descargos que se ha hecho tanto del propio líder del partido como de la secretaria general de dicha organización política, lo cierto es que en el Perú tenemos un empobrecido liderazgo político, porque no se trabaja en ello, tenemos demasiados partidos políticos que en su mayoría solo aparecen en escena cuando «hay elecciones» y nos preguntamos ¿el resto del tiempo que hacen? ¿ A qué se dedican?. ¿Qué le aportan a la democracia? ¿Cómo ayudan a enfrentar la crisis de la política peruana? ¿Qué, cómo y de qué manera se viene haciendo algo siquiera para integrar a los peruanos?
Lo que sí es evidente es que no tenemos un liderazgo político que sea capaz de fomentar la integración como peruanos. Un líder político se convierte en una voz y ejemplo para las masas, los grupos humanos, cuyas acciones determinan un camino a seguir para la salvaguarda del bienestar general y la paz social de todos; de ahí que un líder siempre será medido por sus expresiones, acciones y/o determinaciones que conlleven a propuestas y soluciones.
El Perú necesita propuestas para una gobernabilidad que nos integre y de partidos políticos que consoliden la democracia no que la hunda. Líderes que hagan suya la voz del pueblo pero con capacidad de discernimiento, pertinencia e idoneidad, No buscamos liderazgos perfectos, porque lo «perfecto» se construye con el tiempo, no es innato a la naturaleza humana. Lo imperfecto se vuelve perfecto cuando un error se corrige y se enmienda. En la enmienda está la garantía de no repetir lo mismo otra vez. ¿Estamos listo para ello?¿Cuando lo vamos a estar? ¿Se viene trabajando en ello? .
Un líder se caracteriza por su servicio a la Nación. de modo que, a la larga, los buenos liderazgos se convierten en patrimonio de la Nación, porque es a ella a quien sirvieron y no en función de sus intereses personales.
En el Perú hemos tenido líderes históricos y buenos, pues rescatemos lo mejor de ellos, y si hacemos de ese legado, un collage de ideas, probablemente saquemos las herramientas que nos permitan primero entender el por qué se ha llegado al nivel de descenso en que se encuentra la política en el Perú y a partir de la cual debemos comenzar a trabajar.
No deseamos liderazgos por ejemplo, que expresen actos de cobardía, falta de reacción, de solución; o que se diga «nos vamos todos» como si el gobierno de un país fuese un juego, cuando me canso me quito; tampoco que vean en el suicidio un medio para huir y no afrontar las consecuencias; de la misma manera, liderazgos con expresiones dictatoriales o autoritarios; oportunistas, obstruccionistas, corruptos, mañosos, acosadores.
Como ciudadanos también tenemos el rol de aprender y enmendar, ser conscientes que con nuestra elección podemos traer de vuelta a personas y partidos políticos que le han defraudado al Perú.
Somos libres de decidir, sin duda, pero tenemos que ir construyendo una ciudadanía más responsable y pensar más en nuestro país.
El Perú no merece estos liderazgos, nos merecemos lo mejor y no el mal menor. Debemos conceptualizar primero que el liderazgo político está ligada a una identidad de amor a la Patria, Se necesita amar al Perú para servirlo con lealtad.